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La Escenificación
En 1982 la Asociación Cultural Grupo Paso Viviente realiza la primera representación de la Crucifixión en la Plaza del Raso. Una breve representación de 15 minutos que fue el comienzo de la increíble “Escenificación de la Pasión de Cristo” que hoy en día pone en escena la asociación cada Jueves Santo. La representación fue ampliándose y completándose a lo largo de los años. Actualmente la representación comienza con la Entrada de Jesús en Jerusalén y a lo largo de un kilómetro y varios escenarios, se va completando la Pasión de Jesucristo hasta su culminación en la escena de la Resurrección. Los visitantes van acompañando a las distintas escenas a pie y durante más de dos horas se ven envueltos en un espectáculo de luz y sonido único en España por su calidad y realismo. Todos los textos basados en el Nuevo Testamento han sido adaptados por los integrantes de la asociación. Los textos, la música y los efectos de sonido han sido trabajados a lo largos de los años en un estudio profesional de grabación, gracias a esto aún hoy en día se escuchan las voces de aquellos primeros actores que ya no se encuentran entre nosotros.
Leer másMercaforvm
MERCAFORVM es la recreación de un gran mercado romano en el que distintos elementos y escenarios, de gran rigor histórico, se dan la mano para hacer retroceder al visitante 2.000 años en el tiempo y trasladarlos al pasado más glorioso de Calahorra, rememorando la antigua “Calagurris Iulia Nassica”.
En 1995, con el afán de promocionar el turismo cultural y aumentar la difusión de la historia de Calahorra, la asociación puso en marcha la creación de un mercado ambientado en la época Imperial de Calagurris: Mercaforvm. Durante dos días (Sábado de Dolores y Domingo de Ramos) el visitante se sumerge en la antigua Roma y pasea entre reproducciones de edificios públicos y privados romanos, gracias a la ambientación creada por los integrantes de la asociación. Con el objetivo de dar un paso más en la recreación de Mercaforvm y después de un exhaustivo trabajo de investigación, en 2003 fue presentada la LEGIO VI VICTRIX, reproducción histórica de una de la legiones que estuvieron asentadas en el norte de la península Iberia bajo la dominación del Imperio Romano. En los años sucesivos, una versión infantil y juvenil de la propia legión fueron tomando forma. Durante los días de Mercaforvm, la propia asociación pone en escena la obra “Scola Quintiliani”, donde nos acercan a la figura de uno de los más ilustres calagurritanos: Marco Fabio Quintiliano. Además, como colofón al mercado y como nexo de unión de la Semana Santa, también se pone en escena la representación de “Los sueños de Claudia Prócula”. QUÉ VER EN MERCAFORVM- Desfiles de la LEGIO VI VICTRIX
- Desfiles de las legiones infantiles y juveniles, cantera de la Legio VI Victrix.
- Recreación de campamentos militares romanos, con la participación de asociaciones de otras localidades
- Talleres en vivo, destacando el de acuñación de moneda en la “Officina Monetalis”, réplica de la labor realizada en la Calagurris romana, recuperado por la asociación Amigos de la Historia de Calahorra.
- Artesanos de cerámicas romanas que reproducen piezas de la época romana con las mismas técnicas empleadas por el alfarero calagurritano Cayo Valerio Verdulo, cuyas piezas originales se pueden ver expuestas en el Museo de la Romanización.
- Artesanos del metal, madera, textiles y alimentación seleccionados minuciosamente por la calidad de sus productos y provenientes de todo el estado.
- Exhibiciones de aves rapaces, grupos de teatro de animación callejera, música en directo y juegos tradicionales.
- Representaciones teatrales como ‘Scola Quintiliani’ (clase de retórica del maestro Marco Fabio Quintiliano, nacido en Calagurris) y ‘Los sueños de Claudia Procula’ (representación de los sueños de la mujer de Poncio Pilato, la noche anterior al juicio de Cristo, inspirada en los evangelios apócrifos).
- Multitud de escenarios a escala real recrean con sumo rigor histórico edificios que existieron en la bimilenaria ciudad: el imponente Arco del Triunfo, los mosaicos, la domus romana, réplicas de columnas de gran tamaño, el Ara de Sacrificio, el impluvium (estanque rectangular para recoger el agua de lluvia) y numerosas esculturas de dioses, frisos, templos, etc.
Tierra de “golmajos”
Golmajería es, en esta tierra, sinónimo de dulces, pasteles, repostería y de cualquier otra ambrosía golosa, popular y tradicional. En estas fechas se pueden degustar golmajos tradicionales como el “Pastel Calagurris”, los “Corazones de Calahorra”, los artaguitones, las mantecosas, los barquillos, las tortas de chinchorra, las pastas (las españolas o las paciencias), los deliciosos “mil hojas” (hojaldre crujiente relleno de suave crema), los merengues, los bollos de leche o los mantecados del monasterio carmelita, entre otros. En los hogares calagurritanos, es habitual en Semana Santa agasajar a las visitas con torrijas, leche frita, buñuelos, rosquillas o almendras garrapiñadas. Mención especial merece también la fruta “escarchada” o confitada (con azúcar o bañada en chocolate). La gran calidad de la fruta de la huerta local (peras, melocotones, manzanas, etc) añadida a la de sus caldos, hacen que ambos, macerados en vino y acompañados de canela, produzcan una conjunción de sabores que asombran, dando lugar al conocido “zurracapote”, que se degusta en marzo y agosto, dentro de las fiestas patronales. La calidad de los vinos de Rioja tiene fama mundial y ha sido el elemento diferenciador para dar a conocer La Rioja a nivel internacional. En Semana Santa, además de estos caldos, es tradicional ofrecer a las visitas vino dulce moscatel, elaborado artesanalmente por los mayores de la casa, que trasladan las recetas de padres a hijos.
Tradiciones gastronómicas
La riqueza gastronómica de Calahorra destaca por la variedad de su huerta y es una perfecta síntesis entre la sencillez, la calidad, la tradición y la creatividad. La cocina tradicional en la Semana Santa calagurritana está formada por lo general por platos consistentes, destacando los cocidos y los guisos, que tienen como base los productos de la Ribera del Ebro. Uno de los productos más característicos de la gastronomía calagurritana es la verdura. Por la calidad y la variedad de sus productos, Calahorra es conocida como la “Ciudad de la Verdura”. Entre los platos típicos de Semana Santa encontramos:
- La menestra de verduras, a base de alcachofas, habas, guisantes, espárragos, alubia verde, zanahorias, etc.
- Los espárragos frescos, que se comen entre los meses de Abril y Junio.
- Los garbanzos en vigilia, las caparronas o las pochas.
- El champiñón o las setas, como base de infinidad de recetas.
- Los pimientos verdes, rojos, del piquillo o “del cristal” cocinados de las más variadas formas: fritos, asados, cocidos, aliñados con ajo y aceite o secos. Con ellos se elabora los pimientos rellenos, bien de pescado o de carne.
- El pescado ocupa un lugar importante, ya que es un alimento de gran tradición, pese a la ubicación, donde el bacalao a la riojana es uno de los platos más importantes, sin olvidar los cangrejos de río o el bonito con fritada, la trucha a la riojana o la merluza en salsa verde.
Museo de Pasos
Las imágenes que se procesionan se pueden visitar en la Exposición Permanente de Pasos de Semana Santa, única en La Rioja, situada en el templo de San Francisco, gestionado por la Cofradía de la Santa Vera Cruz. La recuperación arquitectónica de este edificio ha sido un importante foco de atracción turística dentro del Casco Histórico, al estar ubicado en plena Judería. Calahorra es la única ciudad riojana perteneciente a la Red Nacional de Juderías de España “Caminos de Sefarad”. En el templo de San Francisco también se encuentra una representación denominada “El Monte Sacro”, una singular escenificación en miniatura de la Vida de Cristo, única en el norte de España, con 70 figuras distribuídas en 12 escenas narran distintos capítulos de la vida pública de Jesús de Nazaret, de su muerte y resurrección, dentro de un montaje detallista y cargado de calidad artística. La obra es un encargo al prestigioso artista jerezano José Joaquín Pérez. Esta escenificación es única en 400 Km a la redonda.
Museo de la Romanización
Los restos de la Calagurris romana se pueden visitar en el Museo de la Romanización. En él se alberga un millar de piezas en sus 414 m2 de superficie. Distribuido en cinco salas, invita a realizar un recorrido desde el siglo IV a.C. al IV d.C. a través de diferentes aspectos de la vida romana. El Edificio está ubicado en la calle Ángel Oliván, a escasos metros de la Plaza del Raso y junto a la Oficina Municipal de Turismo. Este palacete modernista, construido en 1930 y reformado en 2009, había acogido el Museo Municipal. Es conocido como “la Casa del Millonario”, ya que su dueño lo mandó construir tras haber sido agraciado con el primer premio de la Lotería Nacional. Aunque el edificio ha sido remozado, conserva su estructura y otros elementos originales como las vidrieras de puertas y ventanas, suelos de marquetería, techos y el ascensor, posiblemente el más antiguo de La Rioja. La visita al Museo arranca con los antecedentes de la historia local: la cultura celtíbera. En la planta baja del edificio encontramos también otro espacio dedicado a la guerra y conquista y al comienzo de la romanización. Llaman la atención las monedas acuñadas en Calahorra, las armas de legionario o los proyectiles de catapulta localizados en yacimientos riojanos. En la primera planta nos adentramos en la domus para aproximarnos al proceso de construcción de las casas, sus materiales, decoraciones de suelos y paredes, mobiliario, vasijas y útiles de aseo personal. Destacan los grandes mosaicos localizados en las calles Enramada y Cabezo y las pinturas murales procedentes del yacimiento de La Clínica. Mención especial a la Diana Cazadora , pequeña pieza de decoración singular por la belleza de sus rasgos y policromía. Religión y Ocio El Museo brinda la oportunidad de acercarse a la actividad económica de la época: la agricultura, los alfares, la metalurgia, los vidrieros, los telares y el comercio. Destacan piezas procedentes de Pradejón, Varea o Tricio. El recorrido finaliza en la sala donde se rinde homenaje a la religión, el culto y el juego. Presiden dos grandes recreaciones del circo de Calahorra y el templo de Tricio. Aquí se encuentran valiosas esculturas romanas de mármol y alabastro como la Dama Calagurritana, Afrodita o Júpiter y un vaso con motivos circenses del alfarero Cayo Valerio Verdulo. Horarios De martes a viernes: 11:00-13:30 h. 18:00-20:30 h Sábados: 11:00-14:00 h. 18:00-20:30 h Domingos y festivos: 12:00-14:00 h. Lunes cerrado. Dirección: C/Angel Oliván, 8. Teléfono: 941 105 063.
Curiosidades
LA SEMANA SANTA DE CALAHORRA, DECLARADA “DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL” POR SU SINGULARIDAD La Semana Santa de Calahorra (La Rioja) fue declarada Fiesta de Interés Turístico Regional en 1998 por aglutinar originalidad, tradición, historia y diversidad en su conjunto. Esta declaración fue la primera de esta índole en producirse en la Comunidad Autónoma de La Rioja. El arraigo de esta celebración tiene su bases asentadas en el pasado romano y cristiano de la Ciudad. Calahorra (Calagurris Iulia Nassica) es la segunda ciudad de La Rioja, pero durante la época del Imperio Romano fue una de las ciudades más importantes del norte de la Península. Estaba dotada de importantes infraestructuras y fue cuna de personajes tan cruciales como Marco Fabio Quintiliano, profesor de retórica y autor de la “Institutio Oratoria”, y Aurelio Prudencio, poeta fundamental en el estudio de los orígenes del cristianismo. Los patronos de la ciudad, San Emeterio y San Celedonio, soldados romanos, fueron martirizados por profesar la fe católica. En Calahorra la tradición romana se entremezcla con la gran devoción cristiana. EL ASOCIACIONISMO, MOTOR DE LA SEMANA SANTA El motor de la Semana Santa de Calahorra tiene un matiz especial: La masiva participación ciudadana, puesto que son dos asociaciones locales (La Cofradía de la Santa Vera Cruz y la Asociación Cultural Grupo Paso Viviente) y las encargadas de elaborar toda la programación propia de la Semana Santa en la ciudad, de un mes aproximado de duración, así como de coordinar a más de 3.000 personas que participan de forma activa en la elaboración de los actos. LA TRADICIÓN DE “TRABAR” A HOMBRO La mayor parte de las procesiones discurren por el Casco Histórico de la ciudad (cruce de culturas romana, musulmana y judía) con calles angostas y grandes cuestas. Por ello, en 1685, Calahorra fue la única ciudad de España junto a Toledo, que consiguió una exención a la prohibición papal de procesionar imágenes en andas. Hoy en día, todos los pasos, algunos de más de 1.000 Kg. de peso, aún son portados o “trabados” a un solo hombro, manteniendo la tradición. 42 PELDAÑOS DE PENITENCIA La mayoría de las procesiones finalizan en el Templo de San Francisco. Para acceder a su entrada es necesario subir una escalinata de tres tramos que comunica la calle inferior (Cuesta de la Catedral) con la de llegada al Templo de San Francisco (Rasillo de San Francisco), con un total de 42 peldaños, lo que supone un esfuerzo adicional en la recta final y un atractivo añadido al público asistente. LA CUSTODIA DE LOS PASOS, EN MANOS DE UNA ÚNICA COFRADÍA Calahorra ampara y custodia bajo una única Cofradía (la Cofradía de la Santa Vera Cruz) todos los pasos que se procesionan, 20 en total. Es la única cofradía en la Ciudad y la responsable de la organización de todas las actividades procesionales y de carácter religioso. Aglutina a más de 1.800 cofrades. LA CIUDAD DE LA VERDURA, PRESENTE EN LA DECORACIÓN DE LOS PASOS DE SEMANA SANTA En los años 40, ante la imposibilidad económica de decorar los pasos con adornos florales, los calagurritanos decoraban los pasos con verduras y hortalizas de la zona, como berzas y coliflores (desde 2003 con Indicación Geográfica Protegida, distintivo de calidad que otorga la Unión Europea), o también con laurel (condimento habitual en los guisos riojanos). En la actualidad algunos pasos mantienen la tradición de incluir en su decoración floral alguno de estos productos, como recuerdo del pasado y seña de identidad actual de la “Ciudad de la Verdura”. GREGORIO FERNÁNDEZ EN LA IMAGINERÍA CALAGURRITANA El Monasterio de San José (también denominado Convento de las Carmelitas Descalzas) alberga en su interior uno de los grandes tesoros de la imaginería española: “El Cristo Atado a la columna” de Gregorio Fernández, talla barroca de 1625 realizada por encargo de las religiosas del Monasterio, que viven en régimen de clausura y compaginan la vida religiosa con la elaboración de una exquisita repostería tradicional. Curiosamente, esta talla es la única que existe en el norte de España y posee similares características a las existentes en Madrid (Conventos del Sacramento y la Encarnación), Valladolid (convento de Santa Teresa de Jesús) y Ávila (convento de Santa Teresa), puesto que todas ellas reproducen la columna troncocónica de piedra llevada a Roma desde Jerusalén en 1223 por el cardenal Colonia, considerada como la auténtica. Esta talla, junto a otras cuatro, el procesionado Ecce Homo (Templo de San Francisco), la venerada Virgen del Carmen (Santuario del Carmen) y el retablo de la Sagrada Familia (Monasterio de San José) forman la excelente colección de obras atribuidas a este gran imaginero. EL JUEGO DE LOS BORREGOS Las madrugadas del Jueves y del Viernes Santo, cuando las procesiones se retiran, decenas de calagurritanos y bastantes forasteros se citan en dos locales de la ciudad (el Casino Principal y la Unión Calahorrana) para jugarse “los cuartos” a los borregos. El de “los Borregos” es un juego que se desarrolla sobre una mesa de billar. Con un rodillo, el tirador golpea ocho bolitas colocadas en línea, apuntando hacia un foso situado en la esquina opuesta de la mesa. Si se introduce un número par de bolas, hace buena. Por el contrario, hace mala si caen en el agujero una, tres, cinco o siete. En caso de que ninguna bolita llegue al foso, la tirada se declara nula. Al tercer nulo, el jugador pierde el turno. En una zona de la mesa, acotada por una línea blanca, el tirador coloca lo que desea envidar. No hay límites, ni máximos ni mínimos, pero sí una condición: alguien debe cubrir su apuesta. A continuación se realiza la tirada. Si el jugador hace “buenas”, coge el dinero que hay sobre la mesa y vuelve a apostar. Si el jugador hace “malas”, pierde el turno. Lo más cuestionado del juego es que sólo los hombres tienen derecho a jugar. Las mujeres no pueden acudir ni siquiera como espectadoras. Se desconoce su origen, cómo surgió la idea de ponerlo en marcha por primera vez e incluso cómo es posible que lograse sobrevivir al Régimen Franquista, que no se atrevió a prohibirlo tácitamente, hecho que permitió que pudiese sobrevivir a la historia. Las dos jornadas (Jueves Santo y Viernes Santo) son la única ocasión anual para poder disfrutar de este ancestral juego.
Cofradía de la Santa Vera Cruz
La Cofradía de la Sta. Vera Cruz es la encargada de organizar y coordinar las procesiones de Semana Santa. Posee estatutos desde 1771, si aunque con anterioridad debieron existir ya unas normas de organización. La Vera Cruz es una de las primeras cofradías españolas. La patrona de la Cofradía es Santa Elena, madre del emperador Constantino y su festividad se celebra el 3 de Mayo con misa, procesión y comida entre cofrades, donde se hace un pequeño homenaje a los hermanos y hermanas más destacados por su labor a favor del mantenimiento de esta tradición. La Cofradía de la Sta. Vera Cruz de Calahorra está compuesta por más de 1.300 hermanos y hermanas, que agrupados en asociación sin ánimo de lucro está presidida por un Hermano Mayor y una Junta Directiva. La autoridad eclesiástica dentro de la Cofradía es el Abad y siempre es el párroco de San Andrés. Posee una serie de símbolos como el pendón o guión bandera, presente en todos los actos oficiales de la Cofradía o la Campanilla que abre todas los procesiones.De los 17 Pasos que componen la Procesión, 5 son tallas en madera de los siglos XVI y XVII. El resto están realizados en pasta y pertenecen a los talleres del Arte Cristiano de Olot. Se incorporaron a la Procesión gracias a donaciones particulares y del gremio del Comercio, cuando se decidió en 1944 realizar la Procesión del Viernes Santo de una forma completa. Las visicitudes por las que ha pasado la cofradía a lo largo de estos más de 300 años de historia han sido muchas e incluso llegaron años en los que no había gente para portar los pasos. Hace unas décadas se intentó recuperar la tradición, cuidar los pasos, mejorar la vestimenta y organizar mejor las procesiones en nuestra ciudad. Fue en 1990 cuando un nuevo equipo directivo puso en marcha un proyecto que está empezando a dar sus primeros frutos. Para modernizar la cofradía se tuvieron que actualizar la relación de cofrades, las cuotas, informatizar los datos y tener actividad a lo largo de todo el año para promoverla. Actualmente se organizan viajes, sorteos y se acude a Encuentros Nacionales de Cofradías. Además se editan libros monográficos sobre la Semana Santa, se cuida la vestimenta y el orden en las procesiones, se restauran pasos y se crea la banda de tambores y cornetas que acude a poblaciones cercanas para transmitir ese espíritu cofradiero. Previo a la Semana Santa tiene lugar una Semana Santa Cultural, que organiza la Cofradía en la que se tocan temas relacionados con la misma a través de vídeos, charlas, coloquios, exposiciones de temas semanasanteros. En la actualidad Calahorra es conocida en España a través de todas estas manifestaciones culturales y por la relación que la cofradía tiene con más de 300 cofradías de todo el país que hace intercambios bibliográficos, de experiencias y personales vayan en aumento. La Cofradía tiene una misión divulgativa y acude a potenciar procesiones en poblaciones cercanas intentando recuperar en las mismas esa tradición perdida y es punto de referencia para las mismas. Fruto de estos intercambios surgió el hermanamiento en 1996 con la Sta. Vera Cruz de San Vicente de la Sonsierra y sus conocidos picaos.
La escenificación de La Pasión
Desde esa fecha de 1982 los cambios han sido notables. De escenificar la Pasión, que sólo duraba 15 minutos, se ha pasado a una representación que desde las escenas distintas perfectamente ambientadas a lo largo del paseo de Valvanera (cuya longitud es de un kilómetro) y cuya representación total dura cerca de dos horas repletas de luz y sonido. Los visitantes van acompañando a las distintas escenas a pie para culminar con la crucifixión, sobrecogedora por su realismo, y con la Resurrección del Señor. Amén de los escenarios, todo el trabajo y el personal que colabora son más de 250 actores los que hacen posible este evento. Cada actor (personajes amateurs de Calahorra) se mete de lleno en el papel y se identifica plenamente con él. Esta vivencia es plena y respetuosa con los textos que están extraídos de los Santos Evangelios. Grabados en play back y con una música impresionante hacen del evento una escenificación única en todo el Norte de España.